Por: Elizabeth Salazar T.
Este film de terror nos muestra a Blake (Christopher Abbot) un hombre casado y muy apegado a su hija Ginger (Matilda Firth), que vive en San Francisco. Debido a la desaparición de su padre, hereda la casa donde creció en una zona rural de Oregón A pesar de encontrarse en un complejo momento con su pareja Charlotte (Julia Garner), deciden de ir al lugar, como una forma de desconexión y de tener tiempo de calidad en familia. Sus planes no salen como desearían, porque en el camino son atacados por un animal, el que no consiguen distinguir y, en un intento desesperado por huir, se refugian en la casa, pero la criatura sigue merodeando por el lugar. A medida que transcurre el tiempo, Blake se va comportando de un modo extraño y comienza su conversión…
Desde la llegada de los protagonistas a Oregón, este film hace sentir tensión al espectador, porque hay un buen uso de la iluminación, que en algunas escenas es muy oscura a ratos y también, los sonidos se exacerban los golpes, los crujidos de la casa y el silencio también, al punto de que podamos sentir hasta la respiración de la familia, que trata de huir del peligro inminente.
Otra de las cosas que llaman la atención, es que la transformación del monstruo es diferente a otras versiones, acá se ve más natural, pero realmente es aterrador en algunas tomas.
Un buen elenco, en especial la pequeña Matilda Firth, quien nos enternece y también, nos hace sentir nerviosismo. Julia Garner bien como Charlotte, valiente y arriesgada en su interpretación y Christopher Abbot, muy bien, logra transmitir la impotencia del descontrol que siente sobre lo que le está sucediendo. Hay un buen desarrollo de la trama, con un buen ritmo, que mantiene atento al espectador.
Si te gustan las películas de terror, pasarás un buen rato viéndolo, lograrás sentirás la tensión de sus protagonistas. De verdad, vas asustarte, más de una vez.
Se estrena en cines el 23 de enero.
Director: Leigh Whannell
Duración: 103 Minutos
Distribuye: Andes Films.
