Por: Elizabeth Salazar T.
Irrumpió en la escena pop de los noventa, como integrante de “Take that”, posteriormente comenzó una carrera de solista, donde logró alcanzar incluso más éxito y notoriedad que cualquiera de sus compañeros de banda. Aunque a pesar de esto, a nivel personal Robbie Williams, tenía luchas internas y demonios con los que debió lidiar como sus adicciones. Como él mismo explicó su involución, es decir, que siempre se sintió menos evolucionado, en comparación con los demás, es por ese motivo que el Robbie Williams tiene la apariencia de un chimpancé, animado con CGI, con su voz y la captura de movimiento fue realizada por Jonno Davies, una particularidad de esta biopic, en comparación con anteriores como “Bohemian Rapsody” o “Rocket man”.
Hay personas que nacen para ser artistas y deleitar al mundo con su arte, Williams desde muy pequeño, se propuso hacer lo imposible para ser famoso, su modelo a seguir e inspiración era uno de los cantantes más famosos del mundo, Frank Sinatra. Además, siempre estuvo dotado de una sensibilidad y un talento vocal que fue descubriendo de a poco, porque a pesar de tener mucha personalidad y mostrarse con una personalidad extravertida; las inseguridades y la sensación de no cumplir con las expectativas de lo que se esperaban de él, lo atormentaban internamente.
La película nos permite conocer junto a su historia de vida, el nacimiento y la inspiración de algunas de sus canciones que fueron grandes éxitos, durante los noventa e inicios del dos mil, títulos que recordamos como “She’s the one”, “Feels” o “Angels”, las que se muestran con bellas coreografías. De hecho, uno de los mejores momentos de está biopic, es realizado en Piccadilly Circus, una de las calles más transitadas de Londres, donde un grupo de 500 extras bailaron al ritmo de “Rock DJ”.
El film nos permite conocer como era el entorno familiar de Robbie Williams, la cercanía con su abuela, especial relación que tenía con ella, el apoyo de su madre y por el contrario la distancia con su padre y la inseguridad que éste le producía. Igualmente, aborda los conflictos que vivió mientras fue uno de los miembros de “Take that”.
El nacimiento de una estrella, que impacto con su música y su particular estilo, pero a pesar de la fama y los éxitos, a nivel personal nada parecía ser suficiente, para llenar los vacíos de este artista inglés. La droga, los excesos le pasaron la cuenta y como muchos, debió tocar fondo (acerca de estos momentos, hay escenas que impactan) para poder renacer y encontrarse a si mismo.
Una película que los hará cantar, reír y emocionarse. Tal vez, para quienes veíamos a Williams con cierta arrogancia y con su humor negro, nunca imaginamos los tormentos que padecía. Disfrutarán en forma especial los fans del cantante y quienes conocen su carrera musical. Tras su estreno en la edición 51 del Festival de Cine de Telluride, ha recibido buenas críticas y premios, recientemente, ganó nueve Premios de la Academia Australiana de Cine y Artes Televisivas, en categorías como Mejor Película, Mejor Director y Mejor Banda Sonora, entre otras, porque la verdad, es imposible no empatizar con este encantador chimpancé.
Se estrena en cines el 27 de febrero.
Director: Michael Gracey.
Duración: 134 Minutos.
Distribuye: Diamond Films
