Por: Elizabeth Salazar T.
Esta es una película chilena, que nos muestra la historia de Nancho (Daniel Candia), quien, tras ser impactado por la repentina muerte de su padre y la noticia de que perderán la casa donde su familia ha vacacionado por más de 25 años, decide junto a su familia hacer algo, para sabotear la venta de la propiedad. Este espacio, se encuentra cargado de momentos inolvidables, es vital para la familia, pero el apego emocional de Nancho los llevará a tomar decisiones drásticas para intentar salvarlo.
Una de las cosas que llama la atención de este film, es que se nota muy natural, tanto en sus situaciones y personajes. Me refiero a la dinámica que se da entre la familia, desde que va camino a la playa. Los hijos con ansiedad de llegar pronto al destino, entendemos cuando llegan, las razones de porque les gustan tanto estar ahí. El abuelo los recibe con cariño y esa casa, puede que no sea lujosa, pero tiene calidez de hogar.
Además, sumado a esto, que tras lo repentino e impactante que es el hecho, de perder a un ser querido repentinamente, logramos entender y empatizar con Nancho, el dolor del duelo y perder su hogar, que alberga tantos recuerdos, es devastador y significativo.
Con actuaciones que se ven muy naturales “Gracias por venir”, nos lleva a las reminiscencias de esos veraneos familiares que pasábamos en nuestra niñez o adolescencia y cuyos recuerdos atesoramos. Y de los momentos difíciles, que debe enfrentar una familia, a veces las decisiones no son las más acertadas, pero cuando hay afectos de por medio, pensamos más con el corazón que con la razón.
Pueden verla en cines desde el 26 de septiembre.
Director: Taiyo Yamazaki.
Duración: 72 Minutos.